En Enero de 2009, la ISTTF, creada por 49 fiscales generales de Estados Unidos y MySpace, publico los resultados de un año de trabajos en un informe que resumía los conocimientos que hasta ese momento existían sobre la seguridad online. Concluyó que el ciberbullying y el ciberacoso eran los principales riesgos que enfrentaba la juventud en Internet, que no todos los niños estaban igualmente en riesgos, y que los factores psicosociales y ambientales de cada menor eran más importantes que la tecnología que estaban usando.
Según ConnectSafely, la etapa que ahora se deja atrás en el campo de la seguridad online (Seguridad Online 2.0) se dedicaba a enviar mensajes acerca de los factores de riesgo entre iguales, principalmente ciberacoso, ciberbullying y últimamente sexting, pero aún se centraba en el uso de la tecnología y no en el comportamiento como el riesgo primario que caracterizaba a la juventud como potenciales víctimas casi sin excepción. Según explican, es hora de una Seguridad Online 3.0 basada en la consideración de los menores como ciudadanos digitales, con derechos y deberes.
El estudio mencionado demuestra que el comportamiento agresivo incrementa el riesgo, y por tanto una comportamiento cívico lo reduce. Para la mayor parte de los jóvenes que no están inmersos en comportamientos de alto riesgo o conductas autodestructivas, el comportamiento ético como ciberciudadanos significa seguridad. A su vez, la alfabetización digital y mediática, y el conocimiento del medio que aporten un pensamiento crítico también redundan en una mayor seguridad. Se requiere una nueva alfabetización sobre el uso de medios digitales que se preocupe tanto por lo que se dice, produce o publica en la Red (es decir, por el impacto que tenemos como participantes activos de una comunidad online) como por lo que leemos, consumimos o descargamos.
Este tipo de alfabetización protegerá a los menores de las influencias negativas de sus iguales, de los desconocidos con malas intenciones, e incluso de la publicidad. Según un estudio del proyecto Pew Internet and American Life la mayor parte de los adolescentes ya están ejerciendo ese buen juicio simplemente ignorando las solicitudes sexuales no deseadas de sus pares y de los desconocidos.
Cuando la gente se ve a sí misma como miembros de una comunidad (es decir, ciudadanos), se comportan como ciudadanos porque se preocupan del bienestar general de la comunidad y de los comportamientos individuales y colectivos que la puedan afectar. Estas normas horizontales suelen ser más efectivas que las normas impuestas desde arriba para intentar controlar. Así, el comportamiento agresivo se mitiga y la seguridad se refuerza cuando los jóvenes reciben educación cívica, ética, sobre empatía y sobre alfabetización en medios digitales.
Como en la conocida frase de que la paz es algo más que la ausencia de guerra, la Seguridad Online 3.0 es algo más que la ausencia de peligro. Es una herramienta que empodera a los jóvenes para una participación constructiva y plena en la sociedad y en la cultura. Debe aportar maneras de usar la tecnología para aprender, colaborar, desarrollar capacidades, construir comunidad e implicarse cívicamente. No trata sólo de la seguridad frente a los riesgos y peligros de la Red, sino más bien de la seguridad que contribuya a maximizar los beneficios de una ciberciudadanía activa.
Así pues estas herramientas de la Seguridad Online 3.0 son empoderadoras porque son protectoras y viceversa. Son los fundamentos en los que asentar no sólo la alfabetización tecnológica y mediática, sino la alfabetización para la vida.
Fuente: Connect Safely e Internet Safety Technical Task Force
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